I
el tiempo
Por empezar por algo, empezaré por algo tan cotidiano y tan desconocido como es el tiempo. ¿Por qué quien sabe qué hora es, cuando en el reloj del campanario suenan quince campanadas?
Es hora de que el reloj lo vea el relojero. Jijijiji.
Se dice que el tiempo es un río. El río que pasa, y de cómo pasa desde que nacen sus aguas puras y cristalinas, hasta que estas regresan a la mar.
Sintiendo su cauce que pasa y pasa, y por ese lugar ya no volverá a pasar más, para que algún día después de todo lo que hemos vivido, ese sinuoso o descomunal río, llegue a encontrarse con la mar.
Un grandioso Albert Einstein afirmaba que el tiempo no existe. ¿Será que la mayor parte de la humanidad siempre dice lo mismo? No tengo tiempo.
Vale, dejémonos de bromas. ¡¿Como no va a existir el tiempo?! Si es una de las cosas más valiosas que tenemos. Si quien dispone de su tiempo, esa persona se puede considerar rica.
Se podría decir que es una de las pocas cosas valiosas que tenemos todos. Independientemente de que seas rico o seas pobre, todos tenemos 24 horas todos los días, sin distinción de raza, religión, color o sexo. 1440 minutos son tuyos todos los días, para que hagas con ellos todo lo que quieras o puedas.
¡Claro que existe el tiempo!
Pero entonces, ¿Qué se esconde detrás de esa afirmación de Einstein, de que no existe el tiempo?
II
las dos fuerzas
¡¿Pero qué carajo son estas dos fuerzas?!
Os hablaré de las dos fuerzas que forman el Cosmos. Son dos fuerzas que tienen conceptos diferentes, son tan distintas que no se pueden mezclar. Una fuerza tendría como naturaleza lo intangible, algo que en sí no existe, pero está, estoy hablando de la intangibilidad de la energía y del tiempo. Y la otra fuerza, lo tangible: la fuerza de la gravedad, y el espacio.
¡¿Pero dónde carajo están estas dos fuerzas?!
Son un infinito de líneas que forman el Cosmos, que unas van para un lado, con una de las fuerzas, y las otras líneas están a 90º hacia otro lado, con la otra fuerza.
Como ya hemos visto, una de las fuerzas su naturaleza es ser intangible, y esa fuerza es la energía, que sería el tiempo eterno que evidentemente está en toda la eternidad. Y ese es un universo: el macrocosmos. Lo que denomino: la tierra media.
La otra fuerza, la fuerza de la gravedad es la tangible, y lo tangible: el espacio, pero ese espacio en estos planos y en todo el Cosmos tan solo estarían en 2D. Y este sería otro universo, el microcosmos, lo que denomino la tierra plana. Que estaría en otro plano, a 90º con respecto de la otra fuerza, la del macrocosmos.
III
los números
Las matemáticas son el alfabeto con el cual Dios ha escrito el universo.
Galileo Galilei.
El Cosmos está formado por números. Y cada plano de dichas menudencias, está compuesto por diferentes sistemas numéricos. Y este capítulo tan solo es eso: los números, las diferentes secuencias numéricas y curiosidades que están formando los números.
69
¡Ahí lo dejo!
Todos los hombres son iguales. Lo dijo una chica de un país oriental buscando a su marido que se le perdió en una fiesta multi popular de su país. Pero si lo miramos desde la metafísica, es que todos los hombres pensamos en lo mismo, es lo que dicen siempre las mujeres cuando no le interesa la cosa. Porque si le interesa y no le dices nada del tema, el comentario es otro: este tío es gay, jijijiji. Bueno a lo que íbamos, lo decía porque voy a hablar del sesenta y nueve, 69. Tan solo es curioso lo de este número; con un poco de imaginación, cómo se ensamblan los dos números entre sí, podría representar o simular el símbolo del Yin y el Yang. Eso, por un lado, porque por otro lado el significado, como me imagino que todos sabéis, yo te lo como a ti y tú me la comes a mí. Es la similitud con ese símbolo de las dos serpientes que se están comiendo simultáneamente. O que cada serpiente está dentro de la otra, como el principio de las dos fuerzas del Yin y el Yang, que cada fuerza está en su universo, pero también está la otra fuerza complementándola. Donde una fuerza no podría existir sin la otra. Tan solo es que es un tanto curioso, que coincida este número tan especial, con estos dos símbolos tan místicos.
Vale, que si números por aquí, que si números por allá, ¡¿Y?! Todo el movimiento se basa en cómo estos números se mueven en el átomo, en sus secuencias numéricas correspondientes, y cada una en el plano o universo que les toca, siguiendo la pauta que tienen que tener en el movimiento.